Datos sobre la irregularidad del expediente:Según el expediente de adopción de Marcela, el 13 de mayo de 1976 Ernestina Herrera se presentó ante la jueza Ofelia Hejt con una bebé que, aseguró, había sido abandonada once días antes en una caja de cartón en la puerta de su casa y por la que pedía la guarda con vistas a una posterior adopción.
La viuda de Roberto Noble ofreció como testigos a una vecina, Yolanda Echagüe de Aragón, y al cuidador de la casa de la vecina, Roberto Antonio García. La guarda le fue concedida al día siguiente, 14 de mayo.
En 2001, García -de 85 años en ese entonces- declaró ante Marquevich que nunca fue cuidador de la casa de Lomas de San Isidro donde habría sido abandonada Marcela, y que su trabajo durante 40 años había sido como chofer del fundador de Clarín y, tras su muerte en 1969, de la viuda Ernestina, quien, según García, nunca vivió en el lugar declarado en los papeles de adopción.
Tampoco la presunta vecina vivía ahí, según declaró su nieta y corroboró posteriormente la Policía. La información fue confirmada por Marquevich en registros oficiales.
Por su parte, el expediente de adopción de Felipe sostiene que, dos meses después del hallazgo de Marcela, Carmen Luisa Delta, madre soltera de un varoncito nacido el 17 de abril de ese año, se presentó ante la misma jueza que intervino en la anterior adopción de la dueña de Clarín, la ya fallecida Ofelia Hejt, y entregó a su hijo al juzgado el 7 de julio de 1976.
Ese mismo día y sin disponer un estudio ambiental ni determinar las circunstancias del nacimiento, la secretaría del juzgado certifica que la señora de Noble solicita la guarda de otro chico. También ese día se le otorga la entrega provisoria del chico, hoy Felipe Noble Herrera.
El número de documento que figura en el expediente como perteneciente a Carmen Luisa Delta pertenecía en realidad a un hombre, Hugo Talkowski.
La investigación encabezada por Marquevich determinó que la señora Delta nunca existió. Según la organización Abuelas de Plaza de Mayo, el dato falso sobre el domicilio en San Isidro y la omisión del sistema de turnos fueron decisivos para determinar la competencia del tribunal.
La fallecida ex jueza de menores de San Isidro Ofelia Hejt es la misma que en abril de 1977, sin disponer medidas para ubicar a su familia y pese a las evidencias de que sus padres habían sido secuestrados por miembros del Ejército, entregó en guarda a Andrés La Blunda, de tres meses, quien recuperó su identidad en febrero de 1984.
Otro indicio que realza las sospechas sobre las irregularidades es que, según afirman los abogados querellantes, Heijt fue designada durante la última dictadura militar (1976-1983) y dejó su cargo al restituirse la democracia.
7 de junio de 2010
Herrera complicada
Algo de información para entender como están las cosas para la dueña del monopolio
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